domingo, 13 de noviembre de 2016

Preparándonos para las jornadas 2016*

Por Maria del Carmen Arias
Preparándonos para nuestras jornadas les hago llegar algunas reflexiones.

A la salida del Edipo, según ubica Freud y retoma Lacan:
Se produce una metamorfosis por el ideal del yo donde el sujeto se reviste con las insignias del Otro. Se sustituye el universo materno por las insignias del Otro y el sujeto se identifica con el tipo ideal de su sexo.
Se trata de dar una respuesta a que es ser hombre y que es ser mujer a partir de los semblantes donde R e I se conjugan.
Pero la constitución definitiva del ideal es algo que lleva su tiempo.  
Alexander Stevens  propone como tesis que la constitución decisiva del Ideal del yo se produce en la adolescencia y es central para su salida. Puede no producirse y es una opción del sujeto.
El Ideal del yo ejerce su función sobre el deseo y la normatividad sexual.
Podemos pensar que la salida del Edipo coincide con la instalación del Ideal del yo, pero hace falta tiempo para que se ponga a prueba, para que la salida edípica y su elección de objeto pase al acto.
Tenemos: sexualidad infantil, latencia o tiempo del dormir, pubertad o tiempo del despertar.
Para Freud la sexualidad es traumática. Esta excluida de un registro de saber. Al niño le falta un saber sobre el sexo que el adulto no le da. Eso es lo que Freud ubica como lo  traumático de la sexualidad.
Esto lo lleva a pensar en la profilaxis y la prevención de las neurosis. En 1907 “El esclarecimiento sexual del niño” carta dirigida a un pediatra habla de una “adecuada información al niño para evitarle sufrimiento y su neurosis”.
Hoy en día no falta saber precisamente. Hay un acceso inmediato a Internet , casi un exceso de información circula.
Podemos preguntarnos ¿Cuáles son las consecuencias del exceso? No solo de información sino del nutrido repertorio de modos de satisfacción al que tienen acceso. Por ejemplo la pornografía infantil.
Hay una diferencia entre el saber inconciente y el saber académico o de la ciencia.
El saber inconciente esta constituido por un conjunto de significantes que intentan responder las preguntas. Es un saber singular y esta conectado a una fijación pulsional. Envuelve las huellas, lleva consigo la memoria de una satisfacción en el cuerpo que ha experimentado el niño y que aunque reprimida dará las coordenadas de la satisfacción por venir.
Lo imposible de saber sobre el sexo es lo que despierta al joven y marca su entrada en la pubertad.  Lo pulsional empuja, desorganiza el modo infantil con el que venia arreglándoselas. El despertar se trata del encuentro con el Otro sexo.
Alexander Stevens ubica a la adolescencia como síntoma de la pubertad, como respuesta a un real que irrumpe.
Por lo tanto podemos ubicar la entrada en la adolescencia en el momento de la pubertad. Pero su salida parece no tan fácil de ubicar.
Nuestras Jornadas serán la ocasión de seguir  debatiendo este y otros temas.
¡Los esperamos!





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