martes, 12 de abril de 2016

"Salidas de la infancia y la pubertad" - IV



*Por Graciela Giraldi


Cada año, en nuestro curso del ERINDA desplegamos temáticas que se articulan al trabajo de la Nueva Red CEREDA del Campo Freudiano, apoyándonos en el principio de la unicidad del psicoanálisis.


Este curso, en sus dos módulos interroga las salidas: ¿Cómo se sale de la infancia y de la pubertad, en la perspectiva estructural y desde cada analizante?.


La cuestión de cómo se sale de un estado subjetivo y se pasa a otro, consuena con la pregunta nodal de la formación analítica: ¿Cómo se sale o se termina un análisis, qué pasa al final del recorrido analítico?.


Dicha cuestión nos orientará en nuestra investigación en torno a las salidas de la infancia, la niñez, la pubertad y la adolescencia.


Si hay salidas del análisis, es porque hubo entrada y se le puso el cuerpo a la experiencia analítica, realizándose la experiencia del inconsciente.


Y, como bien lo expresó Eric Laurent en su libro sobre cómo se terminan los análisis de los niños, las salidas dependen de la entrada.


En este curso vamos a partir de cuestiones a las que nos confronta nuestra práctica analítica hoy día, donde encontramos que muchas veces se sale abruptamente de la infancia y la niñez y se eterniza la salida de la adolescencia.


Los padres y tutores inciden en ello; en ocasiones hasta la crueldad de convertir a sus hijos en objetos de exhibición mediática, o introduciéndolos desde temprana edad a las exigencias del mercado en deportes competitivos, anulando el tiempo del juego en la niñez y de las travesuras infantiles.


Observamos que de la niñez se pega un salto a la pubertad, entrando bruscamente en esa metamorfosis subjetiva entre los ocho y once años.


De la pubertad se pega otro salto estrepitoso a la adolescencia, ese tiempo lógico del armado de un síntoma: un estudio, una profesión, un amor, un trabajo.


En cambio, se alarga la salida de la adolescencia hasta pasados los 30 años. El adolescente va probando de una carrera universitaria a la otra, y no se quiere comprometer con nada ni nadie.


El adolescente alarga el tiempo lógico para comprender y no puede concluir en tanto le falta la falta y por consiguiente no opera la función de la prisa en la toma de decisiones.


J-A Miller ubicó en la procastinación a esta problemática del deseo en el adolescente hoy: Mañana lo haré, en un futuro decidiré, etc.


Clase del 20 de abril: Los invito a la lectura de Tres ensayos para una teoría sexual, de Sigmund Freud.


Debatiremos sobre: La sexualidad infantil. ¿Cómo adviene el sexo en los niños?. De la indiferencia sexual a la sexuación.